Migrantes de Colombia, Venezuela, Ecuador y Haití cerraron el paso en los dos sentidos durante varias horas, lo cual generó incidentes violentos y que centenares de autobuses, camiones y automóviles quedaran inmovilizados en uno y otro lado del límite binacional.
El bloqueo dio lugar a discusiones entre viajeros peruanos y chilenos que exigían el libre paso, lo que provocó reyertas en algunos casos que controló la Policía, intitución uniformada que logró despejar la vía, tras cinco horas.
Un pequeño grupo de hombres, mujeres y niños marchó al este, con la intención de cruzar tierra adentro, pero fueron disuadidos por una fuerza policial que le cerró el paso y volvieron al improvisado campamento, al lado de la carretera.
De otro lado, el alcalde de la ciudad chilena de Arica (cercana a la frontera), Gerardo Espíndola, se refirió la disposición de Venezuela de enviar un avión para repatriar a sus migrantes; sin embargo, sostuvo que “deben cumplir con requisitos complejos” para aterrizar en Perú o Chile.
El ofrecimiento venezolano requiere de garantías para aterrizar y llevar a los migrantes a su patria, además del suministro de combustible, según consigna el Gobierno de ese país.
De acuerdo con medios de prensa, varios organismos e instituciones internacionales se sumaron a las expresiones de preocupación por la crisis migratoria peruano-chilena y exhortaron a las dos naciones a brindarle asistencia humanitaria a los migrantes.
npg/mrs