Según difundió el sitio ProPublica, el magnate republicano, un desarrollador de bienes raíces con sede en Dallas, pagó miles de dólares en la matrícula de un internado privado para el sobrino nieto de Thomas, a quien este último aseguró estar criando “como a un hijo”.
A pesar de que el total exacto que Crow pagó por la educación del pariente del magistrado a lo largo de los años sigue sin estar claro, el medio estimó que el monto podría superar los 150 mil dólares, según los registros públicos de las tasas de matrícula.
El mes pasado, ProPublica informó que Thomas aceptó viajes de lujo de su amigo millonario prácticamente todos los años durante décadas, incluidos cruceros internacionales en superyates y vuelos en aviones privados en todo el mundo.
El empresario también pagó dinero al juez y a algunos de sus familiares en un negocio no revelado de bienes raíces, acorde con la misma fuente.
Después de comprar la casa donde vive la madre de Thomas, Crow invirtió decenas de miles de dólares en mejorar la propiedad y, hace aproximadamente 15 años, también donó gran parte del presupuesto de un grupo político fundado por la esposa del magistrado.
Thomas no informó los pagos realizados por el donante conservador en sus declaraciones financieras anuales en relación a la educación de su sobrino nieto, aunque varios años antes sí reveló un regalo de cinco mil dólares para esos mismos fines proveniente de otro amigo.
Las leyes federales de ética requieren que los jueces declaren los obsequios entregados a un “hijo dependiente”, pero ese término se define para incluir solo a la descendencia o los hijastros.
Debido a que se trató en realidad para un pariente no tan cercano, sus defensores insisten en que el pago no viola la ley de divulgación.
La revelación, sin embargo, añade combustible a la creciente presión de los demócratas para que los jueces adopten un código de ética vinculante.
Ante el flujo constante de hallazgos que cuestionan las normas y prácticas éticas, el presidente del Comité Judicial del Senado, Dick Durbin consideró que era perentorio tomar medidas.
Espero que el Presidente del Tribunal Supremo entienda que se debe hacer algo: la reputación y la credibilidad de la Corte están en juego, sentenció citado por The Hill.
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