Bajo el nombre de SB 266, la propuesta requeriría que la Junta de Educación del estado y la junta de gobernadores del sistema universitario de ese territorio establezcan comités encargados de revisar y, si se considera necesario, rechazar o ajustar todos los cursos de educación general.
Según el proyecto de ley, las clases «no pueden distorsionar eventos históricos significativos ni incluir un plan de estudios que enseñe políticas de identidad… o se basen en teorías de que el racismo sistémico, el sexismo, la opresión y el privilegio son inherentes a las instituciones del país y fueron creados para mantener las desigualdades sociales, políticas y económicas”.
La Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión (FIRE) declaró que esta disposición es rotundamente inconstitucional.
“La prohibición de ideas en el entorno universitario es inconstitucional, iliberal y miope. Prohibir ideas en nombre de la libertad no es libertad en absoluto. Es censura”, argumentó el grupo citado por el sitio Common Dreams.
Los críticos compararon a S.B. 266 a la Ley Stop WOKE, una norma de censura firmada por el gobernador Ron DeSantis el año pasado que limita la forma en que los profesores universitarios estatales enseñan raza, género e historia de Estados Unidos.
La legislación es ampliamente vista por los progresistas como parte de la guerra liderada por el Partido Republicano contra la teoría crítica de la raza, un marco académico de nivel de posgrado para comprender el racismo sistémico en los Estados Unidos, añadió el reporte de Common Dreams.
Asimismo, la propuesta de legislación prohibiría que las universidades y colegios financien actividades, oradores, eventos y clubes que promuevan la Diversidad, la Equidad y la Inclusión, programa conocido por sus siglas como DEI.
Según The Chronicle of Higher Education, Florida es uno de los 20 estados donde se han presentado proyectos dirigidos a atacar los planes académicos que versen sobre estos aspectos en los campus universitarios.
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