Por Teyuné Díaz Díaz
Redacción de Economía Prensa Latina
Santos intervino en la Reunión de Ministros de Turismo del Grupo de los 77+China, efectuada en el Palacio de Convenciones de La Habana el 5 de mayo, acerca de la necesidad de la cooperación en función de establecer prioridades para potenciar el sector turístico en sus diferentes dimensiones.
En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, explicó que en el actual contexto la sostenibilidad es el eje transversal del que no puede escapar el planeta, porque se juega la subsistencia misma de la condición humana y de la humanidad.
La sostenibilidad la entiende no solamente como la preservación del medio ambiente, y en la cual el turismo no debe ser un factor de agresión, sino por el contrario, asociada a la preservación.
El turismo que visualizamos es sostenible o no es, pero también se encuentra relacionado con la sostenibilidad social, cultural, y por supuesto, económica, cuyas buenas prácticas permitan salvaguardar los retos de la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, subrayó Santos.
La pandemia de la Covid-19 visibilizó la dimensión del sector en la economía mundial para el desarrollo y bienestar de los pueblos, una situación sanitaria que afectó particularmente a América Latina, señaló.
Luego, el proceso pospandémico obligó a repensar el turismo, y nos ubicó en las transformaciones necesarias para el desarrollo de esa actividad recreativa, alcanzar la capacidad de vencer los peores obstáculos, de levantarse aún en las adversidades y hacerlo mejor y con más fuerza, reflexionó el directivo regional.
Algunas de las áreas de análisis son el empleo, el desarrollo comunitario, el arraigo poblacional, la identidad, y sobre todo, en la promoción de las mujeres y las jóvenes, considerado el mayor grupo del sector.
AMÉRICA LATINA Y SUS DESAFÍOS
En opinión del experto, el desarrollo del turismo en América Latina tiene palabras claves: conectividad, competitividad, digitalización y formalización o capacitación.
Pero el más importante, aseveró, es la conectividad, porque la región aún no cuenta con una malla interior plenamente desplegada, tal como existe entre los países europeos.
El turismo funciona por proximidad, nuestros principales clientes son, o deberían ser, los vecinos cercanos. Hay una frase de Perogrullo, “no se puede ir a donde no se puede llegar, no se va donde no se llega”, sentenció Santos.
Se trata de un gran desafío, y será un tema a debate en la venidera Comisión para las Américas de la OMT, que se celebrará a fines de junio, en Quito, Ecuador.
Existen otros retos, como dotar al área de competitividad turística, acompañada de la capacitación pues la pandemia obligó a migrar hacia otros empleos a muchas personas, y por supuesto, sin dejar de lado la innovación sobre todo en el área digital.
Tampoco puede faltar revertir el deterioro de las infraestructuras turísticas, afrontar la situación económica global, el incremento sostenido de los precios de la energía y los alimentos, buscar estrategias comunes, modelos de gobernanza, así como integrar el turismo en la agenda política, importantes desafíos, enumeró.
América Latina también requiere potenciarla como un multidestino, no en el entendido de la competencia entre los países, sino de la cooperación.
Pensar juntos cómo desarrollarnos, ayudarnos, estimulamos cómo ser parte de un proceso positivo de crecimiento, apreciar el turismo como factor de desarrollo sustentable de la humanidad.
El turismo es intercambio, cooperación, conocimiento del otro, descubrimiento del otro. Es aprender a convivir y respetar nuestras diferencias, por eso constituye una herramienta poderosa para la paz.
PRESERVAR LO AUTÉNTICO
Debe constituir el turismo un motor impulsor para desarrollar comunidades cuyas características excepcionales sean atractivas para los visitantes, pero sin perder la identidad del lugar.
La OMT posee un programa de desarrollo de turismo rural, dijo, una apuesta por crear oportunidades para los pobladores y evitar migraciones internas hacia los centros urbanos en la búsqueda de posibilidades escasas en esos lugares.
El turista moderno es responsable, y sobre todo el viajero postcovid busca identidades, naturaleza, y la autenticidad y la preservación.
La pretensión es lograr que esos pequeños pueblitos con características únicas entren como nuevos destinos emergentes, poblaciones no presentes en el radar del turismo tradicional, claro, también afrontan brechas y demandas importantes.
Algunas de estas son las referidas al empleo, infraestructuras, servicios, conectividad y digitalización, educación, adquisición de habilidades y también existe una brecha de género, otro grupo vulnerable.
Al referirse a la reunión de ministros del ramo del Grupo de los 77+China, refirió que la cita puede contribuir a diseñar un turismo más saludable, sostenible, sustentable con conciencia en la gestión de la actividad.
El camino posible es un turismo vinculado a la sostenibilidad, inclusión y resiliencia, concluyó.
arb/tdd
