La reunión de la víspera entre los líderes del Congreso y el mandatario, Joe Biden, fracasó en su intento de llegar a un acuerdo, según las declaraciones realizadas por el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, a su salida de la Casa Blanca.
“Todos en la reunión reiteraron las posiciones en las que estaban. No vi ningún movimiento nuevo”, dijo citado por The Hill.
Por su parte, el gobernante de la nación reveló estar considerando la aplicación de la Enmienda 14, aunque reconoció que no sería una solución viable a corto plazo.
“El problema es que tendría que litigarse. Y mientras tanto, sin una extensión, todavía estaríamos en el mismo lugar”, reconoció Biden.
Agregó entonces que una vez que la Casa Blanca y los legisladores se ocupen del tema, planea analizar si un tribunal dictaminaría que la Enmienda 14 permite al presidente seguir emitiendo deuda.
McCarthy reveló por su parte que constituiría un fracaso para la gestión de cualquier mandatario el verse obligado a hacer uso de esa herramienta.
La supuesta facultad del jefe de gobierno de pasar por encima del Congreso en relación a la aprobación de un aumento del límite en cuestión se centra en una frase de la Enmienda 14 que dice que la deuda pública “no será cuestionada”.
Sin embargo, analistas alertan sobre las posibles consecuencias legales y económicas que esto podría acarrear.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, estimó que no se debería llegar al punto en el que deba considerarse si el presidente puede seguir emitiendo deuda.
“Esto sería una crisis constitucional”, opinó, al tiempo que alertó cómo el país se vería imposibilitado de pagar sus cuentas si no se llega a un consenso sobre este tema antes del 1 de junio.
Las negociaciones en marcha se ven particularmente complicadas debido a las demandas de los conservadores de recortar el gasto antes de permitir un nuevo incremento del déficit, algo a lo que se niegan los demócratas.
El mes pasado, los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron una legislación que elevaría el tope actual, pero que limitaría los fondos gubernamentales y restringiría el crecimiento del gasto al uno por ciento anual durante la próxima década junto con una serie de otros planes para frenar las erogaciones.
La propuesta atenta contra algunos programas sociales promovidos por la administración de Biden, por lo que desde la Casa Blanca aseguran que el gobernante vetaría el proyecto en caso de llegar a su escritorio.
En espera de poder llegar a un acuerdo, los líderes del Congreso y el presidente del país volverán a reunirse nuevamente el viernes, según declaró McCarthy.
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