El encuentro se realizó en la localidad chilena de Chacalluta, colindante con el cruce peruano de Santa Rosa, y estuvo centrado en cómo aliviar las precarias condiciones sufridas por niños y otras personas vulnerables acampadas en ese lugar.
Desde mediados de abril grupos de Colombia, Venezuela, Ecuador, Haití y otras nacionalidades comenzaron a fluir hacia la frontera norte de Chile para retornar a sus lugares de origen o a otros destinos, pero no pudieron cruzar la línea divisoria con Perú por falta de documentos.
Esto provocó una situación crítica debido a la carencia de alimentos, medios de higiene personal y hacinamiento, además de las condiciones geográficas de esa zona, con mucho calor durante el día y temperaturas gélidas en la noche.
Una de las iniciativas acordadas en la reunión de Contreras y Rebollar fue invitar a sus pares de los países involucrados en el asunto para buscar soluciones rápidas, seguras y que garanticen los derechos humanitarios a los migrantes.
“Hemos recibido la visita de la defensora del Pueblo de Perú, con el fin de poder coordinar acciones en favor de las personas que se encuentran en frontera y que desean regresar a sus países”, dijo la directora del INDH.
Tanto Perú como Chile mantienen militarizada la frontera y este último país endureció recientemente sus medidas contra los migrantes, e incluso, amenazó con la prisión preventiva a quienes sean descubiertos sin documentos.
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