La menor, que falleció la víspera, y su familia estaban recluidos en una instalación en la ciudad de Harlingen, junto a la frontera con México, reveló Aduanas y Protección Fronteriza en un comunicado.
«Los Servicios Médicos de Emergencia fueron llamados a la estación y la transportaron al hospital local donde fue declarada muerta», especificó la información reproducida por la cadena NBC News, y agregó que la Oficina de Responsabilidad Profesional llevaría a cabo un análisis.
Añadió la agencia que se había puesto en contacto con la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Policía de Harlingen sobre el incidente.
La noticia se divulga apenas unos días después de que un migrante no acompañado de Honduras de 17 años muriera en una instalación administrada por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud y Servicios Humanos en Florida.
El gobierno hondureño lo nombró Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza y pidió una investigación penal si se encuentra algún delito.
Después de que se informó el deceso del adolescente, la cadena CBS News supo de otro niño de cuatro años también procedente de Honduras que en marzo falleció bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, tras ser hospitalizado por un paro cardíaco en Michigan.
Los fallecimientos de los menores se producen cuando el país implementa nuevas y estrictas políticas de asilo y deportación destinadas a disuadir la migración ilegal luego de la expiración del Título 42, una restricción relacionada con la pandemia de Covid-19 que finalizó hace una semana.
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