En un comunicado, el gremio de hombres de negocios, como regla crítico de la gestión gubernamental, señaló que cientos de empresas −ya sean pequeñas, medianas o grandes, el 96 por ciento del sector− así como emprendedores ven a diario cómo sus esfuerzos e iniciativas se ven gravemente afectados, a causa de estas trabas.
La democracia crónica y las ineficiencias de las instituciones estatales están cobrando a Panamá un alto precio en materia de desarrollo económico y humano, indica el texto al que tuvo acceso Prensa Latina.
En la columna La Cámara Opina, se señala además que los proyectos en muchos casos resultan arruinados como resultado de la ausencia o mal funcionamiento de sistemas, procedimientos y mecanismos institucionales.
“Hemos llegado a aceptar como normal que cuando se trata de trámites relacionados con el Estado, existen demoras injustificadas, sobrecostos en los procesos, retrasos en los pagos y una serie de situaciones que perjudican gravemente la actividad empresarial”, agrega el mensaje de la entidad presidida por Adolfo Fábrega.
La Cciap indicó que debido a trámites injustificados y las demoras, diferentes empresarios han comunicado su intención de dejar de producir o comercializar algunos productos y servicios por la incapacidad de superar los obstáculos burocráticos.
En un momento en que nuestra economía necesita más que nunca de innovar y ser más eficiente, los obstáculos que generan las instituciones no hacen otra cosa que desalentar la innovación, indica ese texto.
También apunta que la burocracia crónica, con su característica falta de transparencia, suele ser también el caldo de cultivo para la corrupción.
Trámites y procesos formales que puedan ser dirimidos desde la más absoluta discrecionalidad fomentan un mercado de favores y pagos indebidos, que deben ser castigados con todo el peso de la ley, sentenció la Cciap.
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