“En tres meses más vamos a poder tener la planta completa y ya haciendo las pruebas para la producción del NPK”, aseguró.
Donaire declaró este miércoles al canal estatal Bolivia Tv que esta industria propiciará anualmente un ingreso de 290 millones de bolivianos (41 millones de dólares) con la comercialización de 60 mil toneladas de fertilizantes granulados.
Explicó el vicetitular que la nueva fábrica con sede en Cochabamba demanda una inversión de 62 millones de bolivianos (casi nueve millones de dólares) y con su producción Bolivia sustituirá las importaciones de nitrógeno, fósforo y potasio.
Añadió que el proyecto también denominado Planta de Producción de Fertilizantes Granulados reforzará la seguridad alimentaria del país mediante un incremento de los rendimientos de producción de diferentes cultivos.
Mencionó entre ellos las hortalizas, verduras, cereales (trigo, maíz, quinua y arroz), papa, banana, uva, naranja, piña, sandía, pasturas y caña de azúcar entre otras producciones de los valles, oriente y el altiplano.
“Lo más importante de esta planta es que vamos a poder fertilizar los suelos -comentó Donaire-, vamos a poder devolver los nutrientes que los cultivos respiran de nuestros suelos para poder tener un mayor rendimiento”.
Este martes arribaron al Parque Industrial Santibáñez, donde se edifica la fábrica, una parte de los equipamientos principales para su montaje, y se espera que otros lleguen en junio.
Según el ministro de Hidrocarburos y Energías Franklin Molina la nueva industria obtendrá el nitrógeno y el potasio de las plantas de urea y de cloruro de potasio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y Yacimientos de Litio Boliviano, respectivamente.
El fósforo, en tanto, provendrá de la localidad cochabambina de Capinota, lugar donde radican las mayores reservas de este mineral en el país.
O sea, la nueva empresa funcionará con materia prima boliviana.
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