Así lo destacan diversos medios de prensa al reportar filtraciones de la declaración de la mandataria de ayer, a puerta cerrada, en el marco de una investigación preliminar por genocidio, homicidio agravado y otros posible cargos.
El abogado de la mandataria, Joseph Campos, confirmó que la mandataria solo respondió preguntas de la Fiscalía y se negó a contestar las de la procuradoría estatal y los abogados de las familias de las víctimas, debido a que consideraba que no debían participar en la audiencia.
Los trascendidos indican además que Boluarte permaneció casi tres horas en la sede del Ministerio Público, pero declaró durante menos de dos horas y el resto del tiempo solo calló pese a que, según su abogado, no ejercería su derecho a abstenerse de responder.
El diario La República señala que, si bien finalmente y tras una demora de varios meses, la presidenta declaró, “sus respuestas y su silencio no contribuyen a esclarecer la verdad”.
Anota que las preguntas de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y su adjunto, Marco Huamán, “fueron sencillas, generales, sin profundizar en los detalles” y no plantearon repreguntas.
Los trascendidos indican que, además, el abogado Campos intervenía para aclarar o interpretar lo que, según él, había querido decir su defendida en sus respuestas, lo que fue impedido por la fiscal Benavides.
La fiscal además le prohibió, añaden las versiones recogidas, leer o dar la impresión de leer respuestas preparadas, pues debía declarar en forma espontánea.
Otro trascendido que mereció críticas del comentarista de televisión Nicolás Lúcar, es que Boluarte, al alegar que no era responsable de las muertes, sostuvo que se enteró de las protestas y sus consecuencias por la televisión.
También, agregan las versiones, negó conocer los planes operativos aplicados por las Fuerzas Armadas y la Policía, pues ello no estaba entre sus facultades, y que la presidencia no es ejecutiva ni toma decisiones y el que lo hace es el Consejo de Ministros.
En la jornada de la víspera destacó también el impresionante despliegue policial de seguridad que mantuvo a los reporteros y peatones a raya, aunque no pudo impedir que un grupo de ciudadanos protestara contra Boluarte con lemas y carteles.
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