La coalición de extrema derecha-centro no alcanzó los 87 votos necesarios para aprobar la reforma constitucional que buscaba retornar a la bicameralidad cesada por la constitución de 1993.
Ante el inminente resultado, la congresista de derecha extrema María del Carmen Álvarez presionó abiertamente a la legisladora progresista Francis Paredes para que cambie su voto y apoye la reforma por la vía rápida.
Lo hizo con recriminaciones, zarandeándola, en plena sesión del Legislativo, lo que se prolongó por largos minutos, sin que el presidente del Congreso, José Williams, del mismo bando de Alva, atendiese los reclamos de cerrar la votación y proceder al recuento de votos, lo que al final tuvo que hacer ante la firmeza de Paredes.
Finalmente, el proyecto de restablecimiento del Senado recibió 86 votos, uno menos de los necesarios para su aprobación y deberá someterse a un referendo, en el cual difícilmente tendrá mayoría, por la impopularidad y el desprestigio del Legislativo.
La mayoría congresal impulsó el proyecto pese a que la restauración de la llamada cámara alta fue rechazada a fines de 2018 por un referendo, con 85 por ciento de los votos.
Los críticos de la reforma frenada sostienen que los legisladores que la favorecen, como la elección fue prohibida por el referendo de 2018, pretenderían tentar suerte como postulantes al Senado en los próximos comicios generales.
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