Según un reporte del diario The Hill, el líder de esa instancia legislativa quiere recuperar la confianza de los intransigentes, tras una semana humillante en la que los rebeldes detuvieron la acción plenaria, frustraron las votaciones sobre las prioridades del Partido Republicano y reavivaron las dudas sobre su capacidad como guía.
Los cabecillas republicanos programaron una serie de votos de suspensión para esta jornada por la noche, con proyectos de ley no controvertidos que se espera sean aprobados fácilmente con el apoyo de los demócratas.
Sin embargo, acotó el análisis, la verdadera prueba será mañana, cuando se espera tenga lugar una segunda serie de propuestas, incluidos cuatro proyectos que nunca llegaron a la plenaria la semana pasada, y que requerirán la cooperación de los mismos agitadores conservadores que los bloquearon la primera vez.
Esto, valoró el medio, representa una tirada de dados de alto riesgo, ya que los conservadores no han mostrado signos de estar listos para poner fin al enfrentamiento, o incluso especificar las concesiones de liderazgo que los impulsarían a hacerlo.
La dinámica preparó el escenario para una semana de mucho drama e incertidumbre en un Partido Republicano que ya se puso a la defensiva por las acusaciones históricas de la semana pasada contra el expresidente Trump, quien sigue siendo el abanderado del Partido Republicano antes de las elecciones de 2024.
De cara a la semana, algunos aliados de McCarthy se han apoyado en los problemas legales del magnate, imputado con 37 cargos federales por retención de información clasificada, al instar a los agitadores conservadores a que abandonen su bloqueo a la actividad parlamentaria en aras de unificarse como bancada contra los demócratas.
“Los republicanos deben dejar de ser el partido de cada hombre por sí mismo y deben dejar de pelear entre sí”, tuiteó la representante Marjorie Taylor Greene luego de las acusaciones contra Trump.
Sin embargo, sigue siendo una pregunta abierta si los reticentes conservadores están listos para atender ese llamado, y dejar de lado el disgusto que les provocó el acuerdo sobre la deuda alcanzado a finales del mes pasado con la Casa Blanca, añadió el reporte.
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