El proyecto de esa iniciativa significa laborar cuatro jornadas de 12 horas por tres días de descanso y aunque parezca una iniciativa positiva, la población de este país centroamericano divide criterios.
Aplicada para el 10 por ciento de los trabajadores, el cambio está enfocado a empresas que tienen un ciclo productivo de 24/7, con el objetivo de tener solo dos turnos.
Estas serían, por ejemplo, las industrias de manufactura tecnificada, de implementos médicos en ciencias de la vida humana y animal, así como los servicios de apoyo para esas actividades.
La modificación en la histórica jornada de ocho horas de trabajo no se aplicaría a labores pesadas, peligrosas o insalubres y cuando los tiempos de exposición ambiental sean nocivos, explican los especialistas en legislación laboral.
La propuesta que se discute en la Asamblea Legislativa presenta muchos detractores, debido a la inexistencia de estudios que demuestren un beneficio en la economía, la productividad y generación de empleos.
Otros expertos consideran que la propuesta afecta a los trabajadores y al sector femenino y puede además perjudicar la salud, tanto física como mental, pues el aumento en horas laborales también disminuye el tiempo en familia, para la recreación, para alimentarse adecuadamente y para realizar ejercicios, entre otras consecuencias.
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