“Si tuviésemos un modelo neoliberal en el cual el Estado se achica, con seguridad estaríamos en problemas (…); en cambio, en el país tenemos un modelo que cuida justamente esto, la estabilidad”, declaró Mamani a La Razón Radio.
Según el vicetitular, gracias a diferentes medidas introducidas por el Gobierno nacional, el país altiplánico tiene estabilidad económica y no vive incertidumbre como en el “año 2020, cuando no había trabajo, no se podía salir a las calles”.
Subrayó que la estabilidad económica está garantizada no sólo con la participación del Estado, sino también de las empresas privadas, los trabajadores asalariados y los comerciantes, entre otros sectores.
Las estadísticas demuestran que esa estabilidad se ve reflejada en la inflación, que hasta mayo del año en curso registra apenas un acumulado de 0,6 por ciento, la más baja en relación con otras economías de la región, como por ejemplo Chile.
Resaltó que el país además tiene sostenibilidad financiera, lo cual es posible con políticas como la inversión pública que ocasionan un efecto dinamizador en la economía nacional.
“Las personas que acceden a créditos están honrando sus obligaciones producto de esta estabilidad económica, producto del modelo económico que tenemos, que es administrado por el presidente”, añadió.
El Mescp fue aplicado desde 2006 hasta 2019, sin embargo, el gobierno de facto de Jeanine Añez (2019-2020) lo reemplazó por las terapias de choque neoliberales, que en 12 meses de gestión provocaron un decrecimiento de la economía nacional cercana a los -12 puntos porcentuales.
Tras la recuperación de la democracia con la elección del presidente Luis Arce en 2020, el Mescp fue reactivado y propició el inicio de la recuperación económica.
Según las estadísticas, en 2021 el país andino-amazónico creció en 6,1 por ciento, en 2022 este indicador llegó a 3,5 puntos porcentuales pese a las circunstancias adversas internas e internacionales y para 2023 la proyección prevé una expansión de 4,86 unidades sobre 100.
Esta semana, el ministro del sector, Marcelo Montenegro, confirmó que hasta abril de 2023 se registró un superávit corriente de 1,6 por ciento y uno global de 0,3 unidades sobre 100, pese a los gastos erogados en la subvención de los hidrocarburos y el contexto internacional enrarecido por la guerra en Europa.
Recordó Montenegro que otros países sudamericanos registran tasas de inflación mayor a cuatro puntos de 100 mientras el acumulado de Bolivia hasta mayo es inferior a una unidad porcentual.
rgh/jpm
