El rastro de la embarcación se perdió el domingo en aguas del Atlántico después de interrumpirse el contacto con el buque de investigación Polar Prince y, según se dio a conocer, tenía hasta 96 horas de suministro de oxígeno.
En una conferencia de prensa efectuada ayer, el contralmirante John Mauger, quien encabeza la operación, declaró que la Guardia Costera estadounidense convocó a expertos técnicos, dejó caer boyas de sonar para escuchar el ruido submarino y se comunicó con otras agencias gubernamentales y contratistas privados para obtener información y ayuda.
Se divulgó asimismo que en la búsqueda aérea participarían varios aviones C-130 facilitados tanto por Estados Unidos como por Canadá que, además, también proporcionó una aeronave P8 Poseidon con capacidades de detección submarina.
“Realmente trajimos todos los activos que tenemos disponibles para encontrar el sumergible y las personas en él”, reveló el contralmirante.
El sumergible desaparecido estaba en solo su tercer viaje desde que OceanGate Expeditions, la compañía administradora, comenzó a ofrecerlos en 2021.
En su sitio web, la empresa refirió que las expediciones, valoradas en 250 mil dólares, están destinadas a “documentar aún más el Titanic y su tasa de descomposición”.
Según afirmó, los exploradores calificados tienen la oportunidad de unirse a la expedición como miembros de la tripulación, cuyas tarifas de capacitación y apoyo cubren la misión y la participación del equipo científico.
Los restos del Titanic, el icónico transatlántico que se hundió hace más de un siglo y donde perdieron la vida más de mil 500 personas, se encuentran a mil 450 kilómetros de distancia al este de Cape Cod, Massachusetts.
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