“No podemos seguir siendo testigos indolentes del fin de la humanidad y del fin de la Madre Tierra”, aseguró el vicemandatario durante un acto en la sede de la Vicepresidencia en que también se encontraba el vicecanciller, Freddy Mamani.
Choquehuanca reafirmó su visión sobre la necesidad planetaria de asumir un paradigma biocéntrico en la velada a la que asistió una amplia representación del cuerpo diplomático acreditado, líderes de movimientos sociales y personalidades invitadas.
“La búsqueda de armonía y hermandad es fundamental para nuestra supervivencia y la de las generaciones futuras», afirmó al resaltar la importancia del 21 de junio, fecha del solsticio de invierno en el hemisferio Sur.
Insistió en que todos los seres vivos alimentados con la leche de la Madre Tierra (agua) son hermanos y deben vivir en armonía, equilibrio y complementariedad, y aclaró que en esta categoría entran los humanos, las plantas, los animales y las montañas.
Pidió valorar y respetar los lugares sagrados, los solsticios y equinoccios como momentos de gran valor para “cargarnos de nuevas energías y conectarnos con las raíces ancestrales”.
«Nuestro objetivo es renovarnos, reconectar con nuestra sagrada Madre Tierra y abandonar el egoísmo. Debemos encontrar la unidad y la transformación interna a través del diálogo con nuestro abuelo fuego y la sabiduría ancestral”, dijo Choquehuanca.
En referencia a la wiphala y los códigos incluidos en ella, subrayó la importancia de asumir el que denominó en lengua aymara Jiwasa (no soy yo, somos nosotros) para rechazar el divisionismo, “la egología y aplicar la ecología”.
Otro código al que aludió fue el Kawana, cuyo significado es “mirar más allá de lo que nuestros ojos ven” (hacia afuera y sobre todo hacia dentro).
Fue reiterativo en el llamado a la unidad de todos los hijos de la leche de la Madre Tierra más allá de las fronteras culturales y étnicas, y exhortó a promover una lucha continental y mundial por la armonía y la interdependencia entre todas las formas de vida.
Choquehuanca enfatizó en que una fecha como el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco es un momento de reflexión individual y en familia para mejorar.
Resultaron simbólicos los discursos de Rodrigo Roubach, representante de Naciones Unidas en Bolivia; Alberto Pizarro Chañilao (mapuche), secretario técnico del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe.
También usó de la palabra Ladisla Alcaraz (guaraní), ministra de la Secretaría de Políticas Linguísticas de Paraguay; el vicecanciller Mamani (quechua) y el vicemandatario Choquehuanca (aymara).
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