Varios factores influyen en el interés que despierta nuevamente la región, incluido el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania, estimaron los especialistas del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) en Cuba, Lucas Domingo Hernández y Rodobaldo Isasi Herrera, quienes ofrecieron a Escáner sus apreciaciones.
Vale decir -opinaron- que la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania, por sus consecuencias colaterales, se presentó como amenaza adicional a la seguridad nacional de numerosos Estados de África.
Sin embargo, la competición entre los principales actores internacionales presentes en la región, como son los casos de Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea, entre otros, pudiera constituir una oportunidad para el crecimiento del continente en materia de cooperación, comercio e inversiones, apuntaron.
PRESENCIA RECURRENTE
En los últimos tiempos fueron recurrentes las visitas oficiales y de trabajo a África por funcionarios estadounidenses de elevado rango, coincidiendo con la presencia de altos funcionarios de China, Rusia y Occidente a la región.
Sobre el tema, los investigadores señalaron que parte de las principales visitas de altos funcionarios norteamericanos a África buscan renovar antiguas alianzas y establecer nuevas influencias.
Desde los inicios del conflicto en febrero de 2022, estuvo en la región africana, entre otras personalidades, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, en dos ocasiones.
También se recuerda la estancia, un par de veces, de la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield; y del enviado especial para el Cuerno de África, Michael Hammer.
No se debe olvidar tampoco la reciente presencia en países del área -Ghana, Tanzania y Zambia- de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien hizo renovadas promesas de ayudas financieras a la región, recalcaron los expertos.
A esto se suma la maratónica lista de visitantes de Estados occidentales, entre ellos, el presidente francés, Emmanuel Macron.
En medio de las operaciones militares, la Casa Blanca aceleró el lanzamiento de su denominada inicialmente Estrategia de los Estados Unidos para África Subsahariana, resultado de una revisión sistémica de la política e intereses de la administración del presidente Joseph Biden.
La presentación oficial de ese programa fue a cuenta de Blinken en Pretoria, en agosto de 2022, lo que ilustra la importancia en el plano bilateral de Sudáfrica para Washington, a lo cual se agrega su afán de conquistar otros apoyos de la región, señalaron los académicos.
Como un intento de impulso a las relaciones está de por medio la II Cumbre Estados Unidos-África, celebrada del 13 al 15 de diciembre de 2022.
En el evento -recordaron los analistas- al que asistieron 36 mandatarios, nueve primeros ministros, cuatro ministros y el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, la Casa Blanca se comprometió, con fondos multimillonarios, a impulsar la cooperación, las inversiones y el comercio en el continente.
Biden subrayó en ese marco el reconocimiento por Washington del papel y lugar de África en la arena internacional, en los aspectos económico, demográfico y político-diplomático.
Igualmente prometió avanzar en la inversión en capital humano y confirmó el respaldo a la presencia permanente de la UA en las reuniones del G-20 (grupo de economías más desarrolladas) y del derecho de los países africanos a obtener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante la cita, el presidente del país norteño anunció además la realización de visitas de trabajo a algunos de esos Estados, por parte de miembros de su Gabinete y altos funcionarios, incluida su persona, en 2023.
Esos recorridos, subrayó Isasi, están en función del cumplimiento de los acuerdos y memorandos de entendimiento rubricados durante la Cumbre, que constituyen prioridad para las naciones del área.
Tras el foro, en enero último, dos delegaciones norteamericanas de alto nivel visitaron la región africana.
En ese contexto la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, recorrió Senegal, Zambia y Sudáfrica, mientras que la embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas, Thomas-Greenfield, estuvo en Somalia, Etiopía, Ghana y Kenya.
Como aspecto a destacar, refirió Hernández, la titular del Tesoro estadounidense contrastó la política de Washington hacia África, respecto a Rusia y China, y culpó a Moscú y Beijing por los impactos económicos negativos provocados en el continente como consecuencia del conflicto armado y la deuda, respectivamente.
Por otro lado, la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania y, por consiguiente, la complejidad internacional prevaleciente, condujo al continente a proyectarse con mirada propia, sopesando sus propios intereses, enfatizaron.
De ahí los llamados de líderes africanos con propuestas de negociación y solución del contencioso militar, tanto dentro como fuera del ámbito multilateral, con Sudáfrica a la cabeza.
Tales naciones toman como presupuesto la condición de ese último país, miembro del G-20, y el Brics (grupo de economías emergentes, con gran potencial, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la mayor economía del continente, así como que es el socio económico-comercial principal de Washington en la región.
El conflicto ruso-ucraniano, la reacción norteamericana, de la Unión Europea (UE) y de Kiev, por otro lado, permitieron a líderes de la referida área geográfica reflexionar sobre el doble estándar que utiliza Occidente en conceptos sobre guerra y refugiados.
Esa realidad, entre otros factores, pudiera reafirmar el patrón de votación abstencionista asumido, entre otras consideraciones, auguraron Isasi y Hernández en sus declaraciones a Escáner.
Lo anterior, sentenciaron, reafirma también la militancia africana dentro del Movimiento de Países No Alineados y en el G77+China (grupo de concertación amplio y diverso), a lo que se añaden, con expresión notoria, los vínculos de larga data con Moscú, contribuyente junto a Cuba en el proceso de liberación nacional del continente.
A ello se agrega la relación bilateral de Beijing y Moscú con sus interlocutores del área, sin condicionamientos políticos, actitud esta que marca diferencia en relación con Washington y la UE.
Al respecto, Isasi puntualizó que » las ayudas ofrecidas por la Casa Blanca estarán siempre condicionadas a sus intereses políticos, sin embargo, en el caso de China se encontrará siempre una ecuación de ganar-ganar y sobre la base del respeto a sus socios comerciales».
ÁFRICA EN EL CENTRO DE LA DIANA
Consideramos, asimismo, que la operación militar rusa puso a África en el centro de la competición entre los principales actores presentes en la región, como son China, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, recalcaron los investigadores.
En ello -aseguraron- tuvo que ver la tendencia mayoritaria del patrón de votos africanos al abstencionismo, frente a las acciones y resoluciones condenatorias promovidas por Washington y la Unión Europea, así como las sanciones impulsadas contra Moscú.
El renovado empeño del gobierno norteamericano y la propia UE, particularmente Francia, por sumar el respaldo político del continente, sobre todo en el tema de futuras votaciones de organismos multilaterales, obliga a Moscú y Beijing -identificado como aliado ruso- a no descuidar temas como la cooperación, el comercio y las inversiones, concluyen los investigadores.
La proyección resulta importante al tenerse en cuenta que en 2022, el gobierno estadounidense destinó alrededor de 13 mil millones de dólares en ayuda de emergencia y asistencia alimentaria, con el alegado propósito de “mitigar” los negativos efectos causados por el conflicto ruso-ucraniano.
Ante esa última consideración de las autoridades norteamericanas, no son pocos los que reafirman, incluido Moscú, que en la actual situación de crisis económica en el mundo, con afectación notable en África, son determinantes las recrudecidas sanciones occidentales impuestas contra Rusia.
A lo que se suma algo que algunos se empeñan en olvidar: este continente ha sido el más saqueado, explotado y ultrajado por las potencias occidentales desde hace más de dos siglos. Fueron los esclavos africanos y los recursos naturales de esta región los que contribuyeron a enriquecer las mayores economías mundiales.
arb/obf