La audiencia sobre blanqueo de capitales que asocia al bufete de abogados Mossack-Fonseca, estuvo a cargo de la jueza Baloísa Marquínez, quien se acogió al término de 30 días hábiles para dictar sentencia.
Marquínez precisó decidirá en ese plazo sobre las sentencias solicitadas por el Ministerio Público para unos 32 acusados, entre los que sobresalen los letrados fundadores de la extinta firma, Ramón Fonseca y Jürgen Mossack, para quienes la fiscal Isis Soto solicitó la pena máxima de 12 años de cárcel.
En la vista pública el propio Mossack intervino y recordó que proporcionó empleo a más de 660 personas y que junto con su socio y personal constituyeron 250 mil sociedades, las cuales fueron para fines lícitos.
Suspendida en mayo pasado, el Juzgado Segundo Liquidador de Causas Penales de Panamá retomó el pasado mes de junio el proceso penal.
Este caso, un expediente de 293 tomos, guarda relación con una investigación que se inició en 2016, resultado de informes periodísticos, originados en la operación Lava Jato en Brasil, que vinculaban a una oficina de abogados en Panamá con la creación de sociedades anónimas, cuyo objetivo era la movilización de fondos ilegales.
En los últimos siete días también tuvo lugar la visita al istmo del primer ministro de Corea del Sur, Han Duck-soo, quien conversó con el presidente Laurentino Cortizo sobre la cooperación bilateral en esferas como el comercio, inversiones, infraestructura, recursos y energías renovables.
Cortizo y Duck-soo también participaron en una reunión del Gabinete en la que destacaron que ambas naciones mantienen un vínculo económico muy estrecho y de larga data que se fortaleció con la reciente entrada en vigor en el istmo del Tratado de Libre Comercio entre ese país asiático y las Repúblicas de Centroamérica.
Según estadísticas, las exportaciones panameñas al mercado surcoreano aumentaron un 98 por ciento en 2022, en su mayoría envíos de cobre, además de café tostado o descafeinado, azúcar de caña, pescado congelado y atún.
La estadía de Duck-soo fue considerada como la primera visita oficial de un alto funcionario surcoreano a Panamá en 13 años. La anterior fue la del entonces presidente de ese país, Lee Myung-bak, en 2010.
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