El hecho, reconocido en el país como uno de los milagros militares de la Guerra de Liberación de la Patria, se dio cuando los imperialistas norteamericanos despacharon a la zona de Osan una tropa especial como unidad de avanzada de la 24 división de infantería.
La unidad de expertos en combate estaba equipada con armas pesadas ultramodernas y se enfrentó a las tropas del Ejército Popular (EPC) -dirigido por el líder Kim Il Sung- en la mañana del 5 de julio de 1950, en el norte de la región de Osan.
Los tanques del EPC irrumpieron en la profundidad de defensa enemiga y destruyeron las baterías de cañones de nuevo tipo, bloqueando la ruta de retirada; mientras las unidades de infantería asediaron y aniquilaron completamente la tropa de avanzada de la llamada «división invencible» norteamericana.
Tras la batalla, el coronel Smith, jefe del Batallón estadounidense, declararía: “La victoria fue imposible desde el principio. El Ejército Popular era mucho más fuerte de lo que imaginábamos y, por el contrario, la realidad comprobó que no somos un ejército tan poderoso como nos creíamos”.
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