Es “una acción política, por lo que en realidad el sustento legal no existe y es parte de esa estrategia de desestabilización y desgaste, afirmó la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Aseguró la titular en entrevista con el canal estatal Bolivia Tv que desde un inicio las fuerzas contrarias al proceso de cambio buscan la desestabilización y el desgaste gubernamental.
Prada criticó la propuesta de juicio planteada por la agrupación del exmandatario Carlos Mesa tras la designación de Eduardo del Castillo como ministro de Gobierno, luego de su retirada del cargo ante la censura en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
La ley vigente establece que Arce puede destituir a los ministros censurados, aunque también le autoriza a nombrarlos nuevamente.
Indicó la ministra que, por el momento, en el Gobierno no se conoce el tenor de la proposición, pero se ven contradicciones en las filas de CC.
Por una parte, mientras se plantea esta demanda se presenta un proyecto de ley para regular las consecuencias de la censura, reconocimiento de que no hay normativa vigente que establezca los efectos de ese proceso legislativo.
“Lo que sí puede decirse es que, como es una acción política, en realidad el sustento legal no existe”, sostuvo.
Del Castillo fue censurado con votos de legisladores que responden al expresidente Evo Morales, de CC y de Creemos, del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, encarcelado preventivamente en la prisión de máxima seguridad de Chonchocoro, en el departamento paceño.
Mesa rehúye la responsabilidad sobre su papel como impulsor del golpe de Estado de 2019 -enfatizó Prada- pero continúa “buscando, no solamente un proceso de desestabilización política, sino de confrontación entre bolivianas y bolivianos”.
Recordó la ministra que el 21 de octubre de 2019, 24 horas después de los comicios generales, encontró al excandidato presidencial de CC en el aeropuerto cruceño de Viru Viru. Allí le advirtió de la irresponsabilidad de su accionar porque –reveló Prada- conocía “con quiénes estaba llegando a coordinar a Santa Cruz todo lo que se estaba gestando y que ya vivíamos en Santa Cruz”.
“Le dije que nuevamente iba tener las manos manchadas de sangre, que no sea irresponsable”, expresó en alusión a la masacre cometida en El Alto en octubre de 2003, cuando Mesa era vicepresidente del Gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada, y ocurrió una matanza que dejó más de 60 víctimas fatales y cientos de heridos. mgt/jpm
