El incidente se produjo durante un mitin, al final de una marcha como las que se realizaron en Lima, la capital del país, y ciudades de la costa, los andes y la amazonía.
Un grupo de pobladores prendió fuego a la puerta de madera de la sede de la sede oficial como expresión de repudio al prefecto regional, Misael Menéndez, ante lo cual la Policía dispersó la manifestación lanzando gases lacrimógenos y fue apagado el fuego, que dejó chamuscada la puerta.
Tras el incidente, la Policía permitió la reanudación del mitin, en el cual, además de repudiar a la presidenta y reclamar prontas elecciones generales adelantadas, ratificaron su rechazo al prefecto (representante del Gobierno central).
La designación de Menéndez, en febrero pasado, fue desconocida por el Frente de Defensa del Pueblo de Huancavelica, que convocó a la protesta contra Boluarte en Huancavelica.
El dirigente de la citada organización, Wilfredo Hilario, dijó que la población no reconoce a Menéndez como (prefecto) representante del Gobierno y señaló que aceptarlo sería legitimar a la presidenta.
Otras regiones se niegan también a reconocer a los prefectos designados por el Ejecutivo, como la de Puno, bastión de las protestas contra la presidenta Boluarte realizadas entre diciembre de 2022 y marzo de 2023.
La designación de Gilmer Sardón, en junio último, como oprefecto de Puno, ha sido rechazada en marchas populares y las organizaciones se niegan a reconocerlos.
Los subprefectos nombrados o por nombrar para el nivel provincial no son tampoco reconocidos y los pocos nombrados no asumen sus cargos, mientras en el nivel distrital ninguno ha sido reconocido, mientras en localidades menores, los teniente-gobernadores son tradicionalmente designados por los pobladores.
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