A la reunión asistieron casi cuarenta directores ejecutivos y altos directores de empresas como AB Inbev, Alstom, B Braun SA, BMW, Bureau Veritas, Engie, Grupo Pereira, Gran Solar, Heineken, Ibercham Group, Interwaste, Mazars, South African Breweries, Siemens, Swissport South Africa, TOTAL Energies Unilever y Volkswagen, entre otros.
Entre los temas abordados por los hombres de negocios estuvieron la actual crisis energética sudafricana, los desafíos logísticos, principalmente en la red ferroviaria, el desempleo juvenil y la creación de habilidades incorporarlos a trabajos y negocios.
Asimismo, plantearon preocupaciones respecto a los largos períodos para obtener visas de negocios en Sudáfrica.
Por su parte, Mashatile resaltó los trabajos que el Gobierno realiza al simplificar los procedimientos regulatorios a través del Red Tape Task Team, establecido por el presidente Cyril Ramaphosa para reducir las regulaciones, y procesos excesivamente complejos que impiden el crecimiento económico.
Como conclusión, los líderes empresariales de la Unión Europea se comprometieron a hacer crecer la economía de Sudáfrica en medio de desafíos, “que deben abordarse y discutirse abiertamente, para buscar colectivamente su resolución”.
De su lado, el Gobierno se comprometió a construir una relación de trabajo más fuerte e intencional con las empresas para mejorar la competitividad del país.
Ambas partes coincidieron que la economía sudafricana está impulsada principalmente por las inversiones del sector privado, “que proporcionan empleos e ingresos al estado a través de la recaudación de impuestos y permitiendo una participación económica más amplia, como la inclusión de las Pymes en la cadena de valor económico”.
Actualmente los inversores de la Unión Europea representan el 25 por ciento del PIB de Sudáfrica y el 75 por ciento de la inversión extranjera directa.
Representan además más de 300 mil puestos de trabajo directos, y en total más de un millón 500 mil incluidos los indirectos.
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