La medida se anunció durante una ceremonia en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en esta capital, y forma parte del llamado Programa de Acción en Seguridad.
Según el Gobierno, entre otras medidas, la disposición reduce la cantidad de armas y municiones a las que pueden acceder civiles para defensa personal y las que pueden ser adquiridas por cazadores, tiradores y coleccionistas (CACs).
Prohíbe a las CACs transitar con artefactos bélicos y provisiones, restringe el funcionamiento de los clubes de tiro y retoma normas de distinción entre artilugios de uso de órganos de seguridad y ciudadanos comunes.
De igual manera, disminuye la validez de los registros de armas de fuego y prevé la migración de su control del Ejército a la Policía Federal.
En concreto, el decreto reduce la cantidad de instrumentos de guerra y municiones a las que pueden acceder civiles para la defensa personal.
Anteriormente, el civil podía comprar hasta cuatro armas de uso permitido para la defensa personal, sin la necesidad de comprobar la efectiva necesidad.
Existía la posibilidad de ampliar el límite y se podía adquirir al año hasta 200 municiones por arma.
Lula rubricó unas nueve medidas para robustecer la seguridad pública en el país y entre ellas figura un plan para el combate a la progresiva violencia en la Amazonia y normas más eficaces contra los ataques armados en las escuelas.
De acuerdo con datos publicados por el anuario de Seguridad Pública, las licencias de armas de fuego aumentaron en el país casi siete veces en el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022).
El estudio asegura que el gigante sudamericano cerró el año pasado con 783,4 mil certificados de registros de CACs.
La fuente reveló que, en 2018, antes de Bolsonaro asumir, la cifra de personas con permisión CACs era de 117,5 mil, es decir, 56 brasileños cada 100 mil poseían licencia para armas.
Ahora, hay 783,4 mil registros, lo cual significa que cada 100 mil personas, 386 tienen la autorización.
Este guarismo de 2022 representa un alza del 37 por ciento en comparación con el calendario anterior y en la práctica significa que Brasil ganó más de 211 mil certificados de ingenios de guerra en un año.
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