«Sinceramente no creo que un empresario que tiene un lugar para practicar tiro es un empresario, sinceramente no lo creo; ya le dije a Flávio Dino que tenemos que cerrar casi todos (los clubes de tiro), dejar abiertos solo los que son de la Policía Militar y del Ejército, o de la Policía Civil», declaró Lula a la prensa.
Indicó que la organización policial es la que debe tener lugar para disparar y entrenar tiro. «No es la sociedad brasileña. Nosotros no estamos preparando una revolución», refirió.
El exsindicalista también defendió el decreto editado por él la semana pasada, que restringe el acceso de civiles a determinadas armas y tipos de munición.
Consideró que en el fondo, «ese decreto de liberación de armas que el presidente anterior (Bolsonaro) hizo era para agradar al crimen organizado, porque quien consigue comprar es el crimen organizado y gente que tiene dinero».
La medida fue editada durante una ceremonia en el Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo, y forma parte del Programa de Acción en Seguridad, un paquete que tiene el objetivo de disminuir la violencia en el país.
Según el Gobierno, entre otras medidas, la disposición reduce la cantidad de armas y municiones a las que pueden acceder civiles para defensa personal y las que pueden ser adquiridas por cazadores, tiradores y coleccionistas (CACs).
Prohíbe a las CACs transitar con artefactos bélicos y provisiones, restringe el funcionamiento de los clubes de tiro y retoma normas de distinción entre artilugios de uso de órganos de seguridad y ciudadanos comunes.
De igual manera, disminuye la validez de los registros de armas de fuego y prevé la migración de su control del Ejército a la Policía Federal.
En concreto, el decreto reduce la cantidad de instrumentos de guerra y municiones a las que pueden acceder civiles para la defensa personal.
Anteriormente, el civil podía comprar hasta cuatro armas de uso permitido para la defensa personal, sin la necesidad de comprobar la efectiva necesidad.
Existía la posibilidad de ampliar el límite y se podía adquirir al año hasta 200 municiones por arma.
Lula rubricó unas nueve medidas para robustecer la seguridad pública en el país y entre ellas figura un plan para el combate a la progresiva violencia en la Amazonia y normas más eficaces contra los ataques armados en las escuelas.
De acuerdo con datos publicados por el anuario de Seguridad Pública, las licencias de armas de fuego aumentaron en el país casi siete veces en el Gobierno del Bolsonaro (2019-2022).
El estudio asegura que el gigante sudamericano cerró el año pasado con 783,4 mil certificados de registros de CACs.
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