En una reunión del Ejecutivo en Berlín, el ministro de Economía, Robert Habeck, señaló que Alemania podría producir alrededor de un tercio del hidrógeno necesario e importar unos dos tercios.
El hidrógeno es considerado básico para una actividad económica más respetuosa con el medio ambiente, ya que en el proceso de producción no se emiten gases de efecto invernadero y puede sustituir a combustibles fósiles como el gas o el petróleo.
Sin embargo, para su producción se requiere un alto consumo de electricidad, que según el Gobierno germano debe proceder de energías renovables, y otra parte a partir de gas natural durante un periodo transitorio.
Ante esa nueva medida las organizaciones ecologistas la criticaron rápidamente, reclamos a los cuales se sumó la Federación de la Industria Alemana al afirmar que hasta que no se disponga de suficiente hidrógeno verde, la industria tendrá que recurrir a nuevas alternativas.
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