O’Callaghan viró en tromba para los últimos 50 metros y detener el cronómetro digital en 1:52.85, que borró de los libros otra de las añejas plusmarcas de la época de los “bañadores milagrosos”, en este caso el 1:52.98 que estaba en poder de la italiana Federica Pellegrini.
Con apenas 19 años, O’Callaghan, quien iba por el carril dos, superó en apretado final a su compatriota Arianne Titmus (1:53.01), monarca aquí en los 400 metros libres, mientras la tercera posición correspondió a la canadiense Summer McIntosh (1:53.65), tiempo este último récord mundial juvenil.
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