La mandataria sorprendió al recorrer la amplia avenida Brasil, escenario del desfile, en medio del público congregado en tribunas.
El vehículo campero se desplazó flanqueado por decenas de escoltas vestidos de paisano y tras ellos permanecían dos filas de centenares de policías de uniforme, uno por metro, mirando a las tribunas de espectadores, a la expectativa de cualquier incidente.
Al menos un civil fue apartado con violencia de las graderías y detenido, según testigos por lanzar gritos contra la jefa de Estado.
Antes de la parada, Boluarte asistió a un rito de las iglesias evangélicas y, al salir, eludió con su escolta a un grupo que reclamaba justicia por la muerte de sus familiares, un total de 18 caídos en enero último en protestas en la ciudad sureña de Juliaca.
Las repercusiones del mensaje presidencial de más de tres horas de ayer se enfocaron en el pedido de perdón de Boluarte por más de 60 muertos registrados durante aquellas protestas.
El expresidente transitorio Francisco Sagasti criticó que Boluarte dedicara solo dos minutos al principal motivo de la desaprobación de hasta 81 por ciento que registra Boluarte en las encuestas.
Señaló además que el pedido de perdón fue insuficiente, pues la gravedad de lo sucedido amerita una actitud más clara y contundente.
El jurista Omar Cairo añadió que el de ayer fue “un mensaje imperdonable” y señaló que la matanza de manifestantes es un crimen contra los derechos humanos, por lo cual sus autores directos e indirectos no pueden ser indultados ni amnistiados.
Para la ex ministra de la Mujer Gloria Montenegro es incongruente que la presidenta llame en su mensaje a la reconciliación cuando el Ejecutivo es responsable de las muertes en las protestas.
El analista David Sulmont calificó el pedido de perdón de Boluarte como insuficiente e hipócrita, porque nadie asume la responsabilidad política por las muertes, los responsables de la represión se mantienen en sus cargos y el Gobierno se lava las manos.
Las crìticas se refieren también a los ataques de Boluarte a su antecesor, Pedro Castillo, como si no hubiera sido su ministra, y a su insistencia en mantenerse en el cargo pese a que el 80 por ciento, según encuestas, pide nuevas elecciones.
El diario La República sintetizó su opinión sobre la exposición presidencial con la frase “un mensaje sin horizonte que solo aplauden sus aliados” de las bancadas congresales de derecha.
El exgobernador de la región norandina de Cajamarca Mesías Guevara dijo que el mejor mensaje de ayer fue el del arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, quien en un oficio religioso por el aniversario patrio señaló que las muertes esperan justicia.
Para la ex primera ministra Mirtha Vásquez el mensaje de Boluarte “resulta indigerible”, pues ella “se niega a entender que nada de lo que propone será viable sin que ella y el Congreso se vayan”.
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