Al intervenir en la IV Cumbre de Jefes de Estados miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que sesiona hasta mañana en la ciudad de Belem, el dignatario insistió en que el capitalismo genera una crisis estructural en esa zona del planeta.
“Nuestra Madre Tierra enfrenta una grave crisis sin precedentes en la historia. La Amazonía, nuestros bosques, ríos y selvas enfrentan una crisis estructural que amenaza la vida, es preciso tomar conciencia de esta situación y actuar en consecuencia”, insistió en su discurso ante los participantes en el foro inaugurado este martes.
Según Arce, el mundo padece múltiples y sistemáticas crisis estructurales que confirman que la sobreexplotación de la naturaleza, por parte principalmente de los países “desarrollados” afecta gravemente a poblaciones en situación de vulnerabilidad, a los sistemas alimentarios y a la vida.
Reiteró el también catedrático y economista que el capitalismo pone en riesgo a sus dos fuentes de generación de riqueza (la humanidad y la naturaleza), sin garantizar las condiciones para su reproducción y, al mismo tiempo, como si el medio natural fuera infinito.
Arce denunció que este territorio es afectado por un modelo de economía basado en la maximización del crecimiento, el cual prioriza intereses inmediatos como la expansión de la frontera agrícola y la explotación de recursos naturales, sin considerar adecuadamente las consecuencias ambientales y sociales a largo plazo.
Argumentó que este desequilibrio agresivo con el medio ambiente y la salud de los ecosistemas y la vida planetaria pone en riesgo a las más de 390 mil especies de plantas y a las 16 mil de árboles en la Amazonía.
“Nuestra determinación es velar por la preservación de este ecosistema único y promover un desarrollo sostenible en armonía con la Madre Tierra. Consideramos que este es el camino que debemos seguir y solo podremos transitar en base al trabajo coordinado y la cooperación sostenida”, propuso.
Recordó que esta zona del mundo produce alrededor del 20 por ciento del oxígeno del planeta, lo que ha llevado a que sea conocida como «el pulmón del mundo”, además de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, lo cual ayuda a mitigar el cambio climático y regula el clima global.
El dignatario fue enfático en la afirmación de que Bolivia “ha sido el país pionero en reconocer a la Madre Tierra como un ser vivo y en establecer un enfoque holístico hacia la protección del medio ambiente”.
Se espera que este martes los ocho países signatarios de la OTCA adopten la denominada Declaración de Belem.
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