La declaración tuvo lugar durante la Ceremonia Anual de la Paz celebrada en el centro de conferencias Nagasaki Dejima Messe de la sureña prefectura.
En presencia de un cuórum reducido por la cercanía del tifón Khanun, Suzuki recalcó que los países con armas nucleares deben mostrar coraje y liberarse de la dependencia de la disuasión nuclear.
Asimismo, instó al gobierno japonés a que firme y ratifique el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares lo más rápido posible.
Por primera vez en seis décadas, el acto solemne se trasladó del Parque de la Paz de Nagasaki a una locación bajo techo debido a razones de seguridad.
El primer ministro, Fumio Kishida, no asistió a la ceremonia, pero envió un mensaje videograbado a través del cual ofreció sus más sinceras condolencias a las almas de las víctimas y su pésame a quienes aún sufren las secuelas.
Mencionó que la tragedia indescriptible ocurrida hace 78 años en Nagasaki y el sufrimiento causado nunca deben repetirse.
“Como el único país del mundo que alguna vez sufrió bombardeos atómicos, Japón continuará haciendo esfuerzos incansables para lograr un mundo libre de armas nucleares. Esta es la misión de nuestro país, y no cambiará”, sentenció el mandatario.
Las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de agosto de 1945 respectivamente, provocaron la muerte de unas 214 mil personas por el efecto directo de la explosión y a consecuencia de la radiación.
Hasta finales de marzo pasado, el gobierno contabilizaba 113 mil 649 “hibakushas” (sobrevivientes del ataque nuclear), cuyas edades promediaban más de 85 años.
La cifra disminuyó en cinco mil 346 respecto al año anterior.
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