Tras concluir la IV Reunión Plenaria de las Conferencias Regional y Suramericana de Migraciones, el diplomático explicó a Prensa Latina que en esa cita se aprobó una nueva campaña de comunicación para enfatizar en los peligros que enfrentan los viajeros en esa selva fronteriza con Colombia, en su mayoría engañados por redes de traficantes de personas.
Son cuantiosos los daños ocasionados al medio ambiente de ese territorio patrimonio natural y referente de la biodiversidad, además de las afectaciones para los pobladores, sobre todo de las etnias Emberá y Guna, a su cultura y comunidades que son invadidas por miles de caminantes ilegales, remarcó.
Esta cita presencial entre países miembros de la Conferencia Regional de Migración (CRM, desde Panamá hasta Canadá) y la Conferencia Suramericana de Migraciones (CSM) permitió llegar a acuerdos que nos permiten visibilizar mejor este flagelo y enfrentarlo de conjunto, subrayó.
Por su parte, el director de comunidades peruanas en el exterior y de asuntos consulares, quien además ostenta la presidencia protémpore de la CSM, Alberto Farjé, destacó que en el foro se aprobó el diseño técnico para la creación del Observatorio de Movilidad Humana, el cual permitirá con estadísticas puntuales, identificar mejor a los países emisores y las causas, que son diversas.
También hubo consenso en la necesidad de institucionalizar la reunión en los foros migratorios más consolidados de las Américas, con una periodicidad anual, agregó.
A preguntas de otros medios sobre posibles acuerdos para enfrentar el crimen organizado y su creciente incidencia en la migración irregular, ambos funcionarios coincidieron en que se deberán establecer mecanismos periódicos de encuentros e intercambio de información entre los ministerios públicos y organismos migratorios y de seguridad para enfrentar a las bandas y la trata de personas.
Un comunicado emitido luego de la IV Reunión Plenaria de la CRM y la CSM señala además la necesidad de avanzar hacia el fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos locales y las comunidades de acogida a través de apoyo técnico y financiero.
Autoridades migratorias panameñas alertaron recientemente que hasta el 17 de agosto último más de 294 mil personas, de ellas cinco por ciento de menores, cruzaron la peligrosa jungla, número muy superior a las 248 mil que lo hicieron en todo el año pasado y las 133 mil 726, de 2021.
Solo en los primeros días de agosto utilizaron la vía del Darién más de 42 mil caminantes, lo que lleva a pronosticar que de continuar esa tendencia, a finales de año más de 400 mil migrantes irregulares habrán transitado por el extenso territorio de unos cinco mil kilómetros cuadrados de inhóspita selva, ríos y montañas escarpadas.
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