Desde la presidenta Dina Boluarte, hasta comentaristas de radio y televisión, pasando por magistrados, parlamentarios, especialistas en seguridad y comentaristas de diversas tendencias, todo hablan, bien o mal, de los éxitos del presidente Bukele, pero nadie los cuestiona.
El presidente de la Corte Suprema, Javier Arévalo, desató la discusión al hablar del caso salvadoreño en una cita internacional sobre delitos flagrantes.
“Hay países que tienen éxito en la lucha contra la criminalidad. Un ejemplo de ellos es El Salvador. ¿Por qué no podemos tomar algo de sus experiencias para ver cómo las adaptamos a la experiencia peruana?”, dijo y dio pie de inmediato a un desembalse de opiniones.
El primer ministro Alberto Otárola declaró que “El Salvador es el país que menos delincuencia tiene en América Latina y esa es una realidad” y añadió se podría adoptar algunos aspectos de esa experiencia aunque añadió que Perú tiene su propia política de seguridad pública.
«La situación de El Salvador tiene su propia particularidad y los peruanos tenemos que tejer nuestra propia historia” frente al crimen organizado y a la criminalidad, dijo la presidenta Boluarte.
Desde la derecha extrema, el vicepresidente del Parlamento Hernando Guerra sostuvo que Perú necesita “Dos Bukeles” y agregó a “un Milei”, en referencia al extremista candidato presidencial argentino, y agregó que esa suma da como resultado “un Alberto Fujimori”, el expresidente preso por crímenes de Estado.
La controversia atraviesa las posiciones políticas y en todas hay adeptos del gobernante salvadoreño, donde el congresista de izquierda Américo Gonza, tras una visita a El Salvador, promueve la adopción aquí de la llamada receta Bukele y otros legisladores de la misma tendencia sostienen que la misma incluye excesos.
El exministro del Interior Fernando Rospigliosi sostuvo que Perú debe aplicar la política salvadoreña porque la criminalidad está aquí desbordada y descontrolada, pero dijo que el gobierno actual no puede hacerlo porque ¡es débil y precario, y no se atrevería jamás a hacer algo como lo que ha hecho el presidente Nayib Bukele.
Los expertos en seguridad se dividen entre quienes propugnan el modelo salvadoreño y quienes lo objetan alegando que afecta la democracia y los derechos humanos.
El diario Uno calificó como “Bukelitis” el interés en el tema y acotó que Perú tiene una realidad distinta, con un territorio 16 veces el de El Salvador y más de cinco veces la población del país centroamericano y sufre la acción de poderosas organizaciones del crimen transnacional, en rubros como el narcotráfico y la trata de personas, entre otros.
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