«Avanzamos con la perspectiva de que a finales de 2024 tendremos concluida esta obra y ya podremos estar produciendo acero para los bolivianos», afirmó ante la prensa tras realizar una inspección en esta zona del territorio cruceño.
El gerente de la empresa siderúrgica del Mutún (ESM), Jorge Alvarado, explicó detalles de los trabajos constructivos en las plantas de Concentración, Peletización, Reducción Directa de Hierro (DRI), Aceración, Laminación y la Central Eléctrica, además de las áreas auxiliares.
Quispe, por su parte, sostuvo que existe gran satisfacción porque este complejo también significa generación de empleos, más de 700 directos y cinco mil indirectos.
Al referirse a las áreas de Concentración y la Central Eléctrica precisó que poseen un mayor avance y se encuentran en los 90 puntos porcentuales.
Concluida la inspección, el ministro sostuvo una reunión con representantes de la empresa supervisora Cisdi y la constructora Sinosteel para coordinar detalles de la obra y reafirmar el cumplimiento de los plazos previstos, se informó.
Esta obra insignia de la industrialización boliviana abarca 42 hectáreas y el importe total de la inversión es de 546 millones de dólares.
Paralizados en 2020 durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez, los trabajos constructivos en este complejo industrial se reiniciaron en 2021.
Bolivia importa por año alrededor de 450 mil toneladas de acero de Perú, Argentina y Brasil, y su producción anual de 200 mil toneladas reducirá esas compras en casi la mitad.
La factoría aportará a la economía nacional barras corrugadas y alambrón, las primeras requeridas para la construcción y las segundas son materia prima de otros subproductos como tuercas, tornillos y clavos de diferentes tamaños y diámetros.
Una buena noticia en la construcción de este complejo fue el arribo el 9 de agosto último por el Puerto Jennefer, en el departamento cruceño, del reactor que será emplazado en la planta de DRI y es considerado el componente más importante de esta industria, según confirmó Alvarado.
Fabricada en México, esta pieza ingenieril pesa 175 toneladas, tiene un largo de 26 metros y un ancho de aproximadamente siete.
Servirá para obtener mediante la reducción directa del mineral hierro esponja, producto que se usará como materia prima con valor agregado para obtener acero.
Portavoces de la empresa sostienen que su diseño es uno de los más confiables del mundo por ser amigable con el medio ambiente a partir de que en la reducción directa del mineral se emplea gas natural como agente reductor en vez del carbón, como en los altos hornos.
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