En entrevista con el canal estatal Bolivia Tv, Alvarado reiteró que avanzan con la perspectiva de concluir la obra en el segundo semestre del próximo año, período en el que esperan producir acero para los bolivianos.
Alvarado describió detalles de las labores constructivas en las plantas de Concentración, Peletización, Reducción Directa de Hierro (DRI), Aceración, Laminación y la Central Eléctrica, además de las áreas auxiliares.
Fuentes de la cartera de Minería y Metalurgia informaron recientemente a la prensa que existe gran satisfacción porque este complejo también significa generación de empleos, más de 700 directos y cinco mil indirectos.
Respecto a las áreas de Concentración y la Central Eléctrica precisaron que poseen un mayor avance y se encuentran en los 90 puntos porcentuales.
Tras una inspección la semana pasada, el ministro del sector, Marcelino Quispe, sostuvo una reunión con representantes de la empresa supervisora Cisdi y la constructora Sinosteel para coordinar detalles de la obra y reafirmar el cumplimiento de los plazos previstos, según se informó.
Esta obra insignia de la industrialización boliviana abarca 42 hectáreas y el importe total de la inversión es de 546 millones de dólares.
Paralizados en 2020 durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez, los trabajos constructivos en este complejo industrial se reiniciaron en 2021.
Alvarado comentó que Bolivia importa por año alrededor de 450 mil toneladas de acero de Perú, Argentina y Brasil, y su producción anual de 200 mil toneladas reducirá esas compras en casi la mitad.
La factoría aportará a la economía nacional barras corrugadas y alambrón, las primeras requeridas para la construcción y las segundas son materia prima de otros subproductos como tuercas, tornillos y clavos de diferentes tamaños y diámetros.
Una buena noticia en la construcción de este complejo fue el arribo el 9 de agosto último por el Puerto de Jennefer, en el departamento de Santa Cruz, del reactor que será emplazado en la planta de DRI y es considerado el componente más importante de esta industria.
Fabricada en México, esta pieza ingenieril pesa 175 toneladas, tiene un largo de 26 metros y un ancho de aproximadamente siete.
Servirá para obtener acero mediante la reducción directa del mineral hierro esponja, producto que se usará como materia prima con valor agregado.
Portavoces de la empresa sostienen que su diseño es uno de los más confiables del mundo por ser amigable con el medio ambiente porque para la reducción directa del mineral emplea gas natural en vez del tradicional carbón de los altos hornos.
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