Una nota entregada a Prensa Latina asegura “que es una película que a través de un guion sólido aborda temáticas relevantes, principalmente la presencia y avance de iglesias o cultos evangélicos en la sociedad boliviana”.
Añade el escrito que esta realidad parece anular la capacidad de pensamiento autónomo y divergente, además de amenazar con divisiones familiares y comunitarias.
Según el Comité de Selección boliviano, la puesta en escena devela el trabajo de un director con trayectoria, que, si bien muestra un sello personal, es capaz de sorprender con un lenguaje no clásico.
Agrega que en el filme destaca el dominio del tiempo cinematográfico, la dirección actoral y un final abierto en el cual el espectador es convocado a reflexionar.
Con guion de Boulocq y Rodrigo Hasbún, este drama fue realizado en 2022, y contó con la fotografía de Germán Nocella.
La dirección de arte corresponde a Andrea Camponovo, mientras que Irene Cajías y Boulocq se ocuparon del montaje.
Para la realización de esta obra resultó muy importante el apoyo del Fondo del Programa de Intervenciones Urbanas de Bolivia y del Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual de Uruguay.
La película cuenta la historia de un padre exconvicto que disputa la custodia de su única hija frente a un poderoso pastor evangélico.
Sobre este filme, el crítico José Rodríguez expresó que “es un drama cautivador y melancólico con una aguda visión sociopolítica y un impresionante nivel de sofistificación cinematográfica que explora hábilmente cómo la intolerancia puede filtrarse en la religión y tener una influencia y un poder hipnóticos sobre las personas más vulnerables”.
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