En declaraciones públicas, el defensor César Oloya dijo que su cliente, quien fue jefe del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), le encargó aclarar que de ninguna manera busca dinero ni reducir su condena por terrorismo, de 35 años que culminará en febrero de 2026.
“Están hablando falsedades”, dijo el abogado sobre afirmaciones de miembros del gobierno y otras figuras políticas según las cuales Polay, de 72 años, pretende con su demanda, que incluye acusaciones de tortura, cobrar una indemnización estatal para pasar su vejez.
Remarcó que “en lo absoluto” el preso quiere, a través de la demanda admitida a debate por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), recibir dinero o salir antes de tiempo de la cárcel de alta seguridad que lo alberga, en la Base Naval del puerto del Callao, vecina a Lima.
Oloya dijo igualmente que en ningún caso un condenado peruano por terrorismo ha recibido una indemnización monetaria.
“Lo que mi cliente quiere es que se le haga justicia”, añadió Oloya sin más precisiones, a tiempo de considerar injustificada una declaración de la presidenta Dina Boluarte, en el sentido de que de ninguna manera el Gobierno va a pagar ni un centavo a Polay.
Sobre la denuncia de tortura incluida en la demanda, señaló que está confirmado que durante el llamado conflicto interno en Perú se practicó en forma sistemática y constante la tortura por parte principalmente de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Aseveró el abogado que el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que investigó los abusos cometidos durante el conflicto (1980–2000) consigna que el exgobernante Alberto Fujimori (1990–2000) torturaba personalmente a los detenidos por el delito de terrorismo.
Señaló que Fujimori -actualmente preso por crímenes de lesa humanidad y corrupción- ha admitido que sometió a Polay a un simulacro de lanzamiento desde un helicóptero en vuelo.
Confirmó por otra parte que la demanda admitida en 2022 por la CIDH fue presentada en 2007 por Javier Valle Riestra, quien fue durante uno meses primer ministro de Fujimori, en 1998, y es amigo de Polay, de quien fue compañero en el socialdemócrata Partido Aprista, en el que este militó en su juventud.
César Oloya rechazo también que Polay no hubiera pedido perdón por la violencia ejercida. “Es el único que lo ha hecho entre los protagonistas del conflicto”, agregó en referencia al MRTA, el grupo Sendero Luminoso y el Estado.
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