Esta pieza inspirada en el encierro de la líder guerrera aymara desde el 2 de julio de 1781 hasta su asesinato y descuartizamiento el 5 de septiembre de 1782 por el poder español, fue escrita por Verónica Almanza, quien también la protagoniza.
La artista consideró importante hacer el montaje con una estética de teatro al aire libre en el patio del MNA en el aniversario del crimen contra Sisa porque este palacio fue la residencia del oidor Tadeo Diez de Medina, responsable de leer hace 241 años la sentencia, y la condenada a ese tormento estuvo recluida allí.
Actriz y dramaturga, Almanza recordó que en esta fecha se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena justamente en homenaje a la luchadora que, junto a su esposo, Tomás Apaza (Tupac Katari), y su cuñada, Gregoria Apaza, mantuvo en jaque a las fuerzas españolas con un cerco a La Paz.
Estrenada en 2016 como una lectura dramática traducida al francés en Europa, la obra se repuso esta vez con la intención de “liberar el espíritu” de la combatiente arrastrada por un caballo, ahorcada, desmembrada y cuya cabeza y manos fueron exhibidas en distintos lugares en un ejercicio de pedagogía del miedo.
Almanza recordó que en la cosmovisión andina existe una forma de “velar” a los muertos consistente en una liberación espiritual, por eso la puesta en escena incluyó una chall’a o ceremonia ancestral.
Se unió a ello la presencia de Pankaritas del Viento, agrupación de mujeres urbanas que interpretan música indígena originaria con zampoñas, percusión y el coro de voces, banda sonora que aportó más dramatismo al espectáculo.
Bajo la dirección del maestro Guido Arze, Pequeño Teatro conmovió a los cientos de asistentes a este espectáculo al aire libre, quienes se sumaron emocionados al homenaje a Bartolina Sisa, Túpac Katari y su hermana Gregoria Apaza, todos asesinados en circunstancias de suplicio.
Una prueba de la saña de los colonialistas es el fallo contra Sisa, leído al amanecer del 5 de septiembre de 1782 por el oidor Diez de Medina y que describe en detalles el castigo a que debe ser sometida la luchadora.
“(…) Sacada del quartel á la plaza maior por su circunferencia atada ála cola de un caballo, con una soga de esparto al cuello (…)». (se respeta la ortografía original).
Añade el texto que debe ser conducida hasta la horca, mantenerse pendientes de que muera y después clavar su cabeza y mano en picotas con el rótulo correspondiente, y que se fijen para el público escarmiento en lugares donde estuvo acampada y presidía sus juntas.
jha/jpm