Se trata de Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada, NAMA por sus siglas en inglés, una estrategia que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con diversas medidas de adaptación.
Una de ellas es construir capacidades orientadas a mejorar la productividad agrícola e industrial del cultivo de la caña de azúcar en un marco de sostenibilidad, explicaron en un comunicado sus promotores.
Establecer metas ambientales de la agro-cadena para la mitigación, e implementar y operar buenas prácticas agrícolas y acciones tecnológicas que mejoren la productividad y reduzcan costos, incrementen rentabilidad y contrarresten impactos ambientales, figuran entre las novedades.
A estas se suman elevar la eficiencia de los procesos productivos, reducir costos y aumentar la rentabilidad así como trabajar en la generación de beneficios que favorezcan a la familia rural productora.
La NAMA Caña de azúcar no es solo avanzar en el cumplimiento de un compromiso y un eje de política pública, es también un trabajo en equipo y un primer paso para avanzar en la sostenibilidad de la actividad azucarera, aseguró e ministro de Agricultura y Ganadería, Víctor Julio Carvajal.
El proyecto es impulsado a través de una alianza público-privada entre ese ministerio, el de Ambiente y Energía y la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar.
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