La romería tuvo lugar cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende, tras lo cual se instaló un régimen militar de 17 años, encabezado por Augusto Pinochet.
“Para mí, como para cualquier demócrata, es muy importante estar junto a las víctimas y contribuir con este acto ciudadano a no olvidar aquel hecho que produjo tanto terror en miles de personas chilenas y de otras nacionalidades”, declaró a Prensa Latina el juez español Baltazar Garzón.
A instancias de una orden emitida por Garzón, Pinochet fue arrestado en Londres en 1998 por los asesinatos de varios españoles ocurridos en dictadura, detención que marcó un hito en el tratamiento penal a genocidas y autores de crímenes contra la humanidad, si bien el general nunca fue condenado.
Durante su paso por el Palacio de La Moneda, la manifestación estuvo encabezada por el presidente de Chile, Gabriel Boric, el primer mandatario en participar en esta peregrinación desde el retorno a la democracia en 1990.
“Cincuenta años después, todavía no hay justicia, tenemos muchos detenidos desaparecidos, historias perdidas y debemos recuperarlas porque un país sin memoria no tiene futuro”, expresó a esta agencia el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, David Acuña.
Mientras, la titular de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, y la de Familiares Detenidos Desaparecidos, Gaby Rivera, destacaron la importancia del Plan Nacional de Búsqueda lanzado por el Gobierno para dar con el paradero de las víctimas.
“Son más de 900 los seres queridos que tratamos de encontrar y hoy día tenemos esperanza con este nuevo programa”, expresó Lira.
La Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Jeanette Jara, consideró este aniversario como un momento importante para la reflexión en tiempos del avance de la ultraderecha en el mundo y cuando algunos intentan negar el pasado.
Aunque la peregrinación de agrupaciones humanitarias, familiares de las víctimas, miembros de partidos políticos como el Comunista y el Socialista, sindicalistas y representantes de otros sectores comenzó de manera pacífica, al final grupos infiltrados protagonizaron actos violentos.
Se trata de individuos encapuchados, vestidos de negro, quienes rompieron vidrios frente al centro cultural La Moneda, lanzaron piedras y objetos contundentes y perpetraron hechos vandálicos en el recorrido de la romería y al interior del cementerio.
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