El Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio señaló en un comunicado que esa postura viola la Declaración de Principios de 2015 acordada entre Addis Abeba, El Cairo y Jartum, así como el derecho internacional.
La declaración de este país norafricano se publicó horas después del anuncio etíope sobre el fin de cuarto y último tramo de llenado de la obra.
Esas acciones unilaterales ignoran los derechos e intereses de los países río abajo y su seguridad hídrica, advirtió la Cancillería.
El pasado mes esta capital acogió el primer encuentro trilateral desde abril de 2021, cuando fracasó una ronda de conversaciones sobre el tema, patrocinada por la Unión Africana.
Egipto y Sudán reclaman un acuerdo vinculante sobre las reglas para el llenado y operación de la GERD, lo cual rechaza la vecina nación.
Esta nación afirma que la obra amenaza su cuota de agua del Nilo, del que depende casi por completo el consumo humano, la agricultura y la industria del país, con más de 105 millones de habitantes.
Considerado uno de los países con mayor escasez de agua en el mundo, Egipto recibe alrededor de 60 mil millones de metros cúbicos al año, principalmente del Nilo, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 mil millones de metros cúbicos.
Las autoridades de Addis Abeba consideran la GERD clave para abastecer de energía eléctrica a los más de 120 millones de habitantes de Etiopía e impulsar así el desarrollo socio-económico del país africano.
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