Autoridades marroquíes estiman en unas tres mil las víctimas mortales, mientras que la cifra oficial de heridos superaba ya los cinco mil 500, según reflejan hoy aquí medios de prensa.
Para los especialistas, ahora empieza la fase en la que aparecen los problemas a largo plazo, que van desde la rehabilitación de quienes han sufrido heridas a la atención de la salud mental por los terribles traumas vividos.
Otro problema radica en la distribución de agua y comida así como buscar albergue para los que han quedado sin casa.
Por su parte, el Ejército marroquí abrió un hospital de campaña en la comarca de Asni, una de las más afectadas por el terremoto que sacudió el sur del país el pasado viernes.
El fenómeno telúrico, calificado como el más potente ocurrido en Marruecos, tuvo 6,8 grados en la escala de Richter y el epicentro fue localizado en Ighil, ciudad rural enclavada a unos 60 kilómetros al suroeste de esta capital, donde el rey Mohammed VI decretó tres días de luto en honor de las víctimas del terremoto.
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