Compañía a cargo de esta inversión, la EBIH informó en un boletín institucional acerca de una reciente reunión de su gerente, Alejandro Gallardo, con directivos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo, la Federación de Ganaderos cruceños y la Cámara Agropecuaria del Oriente, en ese departammento.
El encuentro tuvo como objetivo “(…) informar sobre los fertilizantes NPK y urea de liberación lenta que producirá la Planta de Producción de Fertilizantes Granulados Cochabamba, en el Parque Industrial Santiváñez”, precisó la fuente.
De acuerdo con la EBIH, la instalación ya posee la licencia del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y está en proceso de acopio de las materias primas para su puesta en marcha.
Según Gallardo, resulta de vital importancia la inocuidad de todos los productos que la industria sacará al mercado.
Describió que se trata de las diferentes formulaciones de NPK y de urea de liberación lenta, que “cumplirán un proceso productivo eficiente garantizando un producto de calidad”.
La nota institucional destaca que, durante el recorrido de inspección, el director departamental del Senasag, Juan Martínez, sostuvo que “la planta está lista para entrar en operación”.
Subrayó que ese resultado es parte de la política nacional de industrialización con sustitución de importaciones.
El 13 de julio último, Gallardo informó que la nueva fábrica debe iniciar operaciones en 2023 y abastecerá totalmente el mercado interno.
La planta se construye en Cochabamba a partir de un contrato firmado por la EBIH y la compañía Sur Energy SRL, con una inversión de más de ocho millones de dólares.
Esta factoría generará anualmente un ingreso de 40 millones de dólares, más de dos mil empleos y tendrá una capacidad de producción de 60 mil toneladas, con lo que cubrirá el ciento por ciento del mercado interno, detalló Gallardo.
Subrayó que esto permitirá a los productores ser más eficientes, obtener mayores ingresos y también, como país, “nos va a permitir incrementar nuestra frontera productiva y de esa manera garantizar lo que sería la seguridad alimentaria con soberanía”.
Recordó que en el mercado mundial Rusia y Ucrania clasifican como los mayores productores de fertilizantes, por lo que la guerra entre estas naciones encareció estos insumos.
Gallardo comentó que Bolivia importa alrededor de 24 mil toneladas de fertilizantes NPK, por lo que “con la producción que nosotros vamos a tener, más los excedentes que vamos a exportar, realmente vamos a poder tener ingresos por más d/e 40 millones de dólares anuales”, precisó.
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