A más de 19 meses del derrame de diez mil 396 barriles de crudo en las aguas costeras de Ventanilla, en el norte de Lima, los pescadores bloquearon la importante carretera Panamericana a la altura de la ciudad portuaria de Chancay.
La vía recorre toda la costa peruana y comunica a Lima con el norte costero, por lo que es considerada estratégica y los manifestantes reclamaban por haber sido marginados de las compensaciones pagadas por Repsol a los afectados.
Los pescadores exgieron que la transnacional hispana dialogue con ellos formalmente sobre el daño sufrido por la contaminación que, afirmaron, llegó hasta Chancay, población ubicada ubicada a 75 kilómetros al norte de la capital.
La Policía dispersó por la fuerza la protesta, según la cual los afectados en Chancay son 20 mil pescadores no incluidos en los padrones de afectados por el mayor desastre ecológico sufrido por las costas peruanas, según expertos.
Los bloqueadores denunciaron que la Policía hizo uso excesivo de la fuerza y no solo usó gases lacrimógenos contra ellos, sino también descargas de perdigones que causaron varios heridos.
Rayda Cruz, ex alcaldesa de Chancay y dirigente de la protesta, declaró que “Repsol se está burlando de todos nosotros, los afectados, al no reconocer nuestros derechos como pescadores que somos, al no incluirnos en el padrón único de afectados” por el derrame.
Horas después de la manifestación, la empresa Repsol emitió un comunicado en el que insiste en que el 97 por ciento de los afectados por el derrame han sido compensados económicamente y ofreció analizar la posibilidad de cubrir algunos gastos de los pescadores de Chancay.
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