La operación se realizó a pimera hora en medio de un gran despliegue de periodistas, evidentemente alertados de los allanamientos, sobre todo en la casa del legislador progresista, quien abrió la puerta sin ofrecer resistencia y dio facilidades al personal de la Fiscalía para el cumplimiento de su misión.
El allanamiento se prolongó por varias horas y tuvo como objetivo la búsqueda de posibles pruebas documentales o informáticas del presunto delito de tráfico de influencias agravado, en perjuicio del Estado.
Un colaborador de la Fiscalía vinculado a Bermejo y detenido ha declarado, a cambio de inmunidad o condena leve, que Bermejo recibía comisiones de contratistas privados por gestionar obras para municipios del interior.
El congresista, duro crítico de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, niega los cargos y sostiene que la acusación es una forma de persecución política.
El abogado de Bermejo, Ronald Atencio, proclamó la inocencia de su defendido, señaló que este no se acogerá a la inmunidad parlamentaria ni a ninguna forma de protección legal.
El letrado calificó como pantomima al aparatoso allanamiento, pues el registro había sido solicitado hace semanas por Bermejo, quien además autorizó a la Fiscalía que investigue sus finanzas y sus comunicaciones, pues aseguró que nada tiene que ocultar.
Atencio acusó también a la Fiscalía de armar un “show mediático” con un despliegue innecesario para una operación a la que desde hace semanas el congresista se ha declarado dispuesto.
mgt/mrs