Los manifestantes se congregaron en las inmediaciones del Hotel W, de esta capital, donde sesiona el II Foro de Defensores de los Derechos Humanos en Asuntos Ambientales, pero sin representación de la sociedad civil del país istmeño.
“No a la mina, si la vida”, gritaban en la calle miembros de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, constató Prensa Latina, para demandar al Ejecutivo por suscribir un contrato con la empresa Minera Panamá, filial de la trasnacional canadiense First Quantum, que explota cobre en Donoso (Colón) y ocasiona daños a la naturaleza y a la salud de la población.
Saúl Méndez, del Sindicato de los Constructores Marcos Andrade, de la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente; y Jorge Guzmán, del Frente Nacional en Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, recordaron que la minera sigue operando a pesar de un fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró ese pacto inconstitucional en 2017.
Es inmoral este sistema y el papel del ministro Concepción, que de un lado habla de cuidar el medioambiente y hasta de logros en esa rama, como la descarbonización, pero por el otro respalda convenios que destruyen 20 mil hectáreas de bosques y siembran muerte en nuestras tierras, como parte de la minería metálica a cielo abierto, dijeron los oradores.
A lo interno del foro, la destacada ambientalista panameña Raisa Banfield, quien accedió a la gala de apertura como prensa- esas agrupaciones no fueron invitadas- dijo a Prensa Latina tras un performance, que la protesta incomodó.
Vivimos una gran contradicción, explicó, pues ante el mundo defendemos que somos carbono negativo y la realidad es que tenemos una minería metálica con un contrato que permite avanzar más allá de la actual concesión.
La gran inconsistencia, opinó la también directora de Desarrollo Sostenible del Centro Para la Integración de la Naturaleza y Ciudades, radica en que se nos habla de cambio climático, pero atentamos contra la biodiversidad de Panamá, clave para la región.
El discurso teórico del ministro, agregó, en papeles podría ser muy bonito, sobre la carbononegatividad y la protección de los océanos, pero persiste la pesca de arrastre y de aletas de tiburón y los océanos se siguen contaminando con la basura que el Estado no ha sabido manejar, además de los residuos de la minería.
Lo honesto sería, indicó, que se reconozca que para mantener la economía el Gobierno tiene presiones para desarrollar actividades extractivistas que dañan los suelos y otros recursos, y ante ese desafío pedir la colaboración de los países de América Latina, remarcó.
La gran hipocresía que vivimos, a su juicio, es que nos dicen somos carbono negativo, pero por la espalda abrimos la puerta a las industrias destructivas.
Para mañana jueves se espera que la comisión de Comercio y Asuntos Económicos del Legislativo, luego de varias consultas ciudadanas, celebre el primer debate sobre el contrato con Minera Panamá.
Por su parte, los movimientos populares anunciaron nuevas jornadas de protesta en rechazo al leonino pacto minero.
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