El viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani, aseguró que este asunto fue tratado en la III Reunión Trimestral de Evaluación del Convenio Interinstitucional, que busca blindar este dispositivo de vigilancia.
Participaron en este debate autoridades de diferentes instituciones estatales involucradas como la Fiscalía General del Estado, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, el Servicio de Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos y la Dirección General de Aeronáutica Civil.
En tal sentido, se informó que se trabaja en dos protocolos para fortalecer este control.
Uno permitirá el intercambio de información en tiempo real y la coordinación entre todas las instituciones involucradas, mientras el segundo fortalecerá la vigilancia y supervisión de las plataformas aéreas y la provisión de combustible a escala nacional.
El vigente Sistema Integrado de Defensa y Control de Tránsito Aéreo posee 13 radares integrados de última generación que cubren el espacio aéreo boliviano y tienen la capacidad de identificar aquellas aeronaves que vuelan a baja altitud para evitar ser detectadas.
Informó Mamani también que se redujo la venta de combustible en el formato que denominó “fuera de ala” en más del 70 por ciento en comparación con otras gestiones.
Simultáneamente, en el contexto de la modernización impulsada por el Gobierno nacional, todas las instituciones trabajan en la actualización y equipamiento de dispositivos tecnológicos para un mejor control, se informó.
“Somos un Gobierno de hechos y no de relatos”, concluyó el vicetitular.
Bolivia integrará desde noviembre el proyecto Colibrí, una iniciativa financiada por la Unión Europea cuyo objetivo es la vigilancia y control de la aviación general en la ruta de las drogas, informó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
“Desde noviembre seremos parte de este gran proyecto para el intercambio de información, operaciones conjuntas, capacitación técnica y otros”, explicó el titular al comentar los resultados de reuniones sostenidas en Bélgica.
Este esquema es parte del programa sobre drogas y precursores de la Secretaría de la Organización Mundial de Aduanas que incluye a la aviación general.
Tal categoría abarca a la actividad de navegación aérea civil que no sea transporte comercial.
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