La propuesta, que contempla un nuevo enfoque para enfrentar ese flagelo, será presentada en El Tambo, departamento de Cauca, uno de los municipios del país con mayor área de cultivos de uso ilegal.
La política prioriza el cuidado de la vida y del ambiente y pone en primer lugar los derechos humanos, la salud pública y el fortalecimiento de la paz.
De acuerdo con la presidencia, en su formulación participaron, por primera vez en la historia de Colombia, las comunidades y los territorios directamente afectados por el tráfico ilícito de drogas.
Para ello, el Ministerio de Justicia realizó 27 espacios territoriales en 16 departamentos y Bogotá, 51 mesas técnicas bilaterales, tres sesiones con aliados estratégicos, cinco con sectores de la Comisión Mixta de Coordinación y Seguimiento y tres espacios con sectores específicos: mujeres, jóvenes y prevención.
El objetivo de este proyecto es reducir a casi la mitad la producción de cocaína en el país, afectar las finanzas ilícitas, reducir la deforestación anual y bajar sustancialmente las emisiones de dióxido de carbono a la atmosfera.
Para ello se apoya em dos pilares principales: Oxígeno, dirigido a los territorios, las personas y los ecosistemas afectados por el mercado de drogas ilegales; y Asfixia, enfocado a las estructuras criminales que generan violencia y se lucran en mayor proporción de esta economía ilícita.
El Gobierno presentó la nueva política y recibió apoyo en diversos foros y escenarios, como Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos.
El tema también fue tratado en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas Para la vida, la paz y el desarrollo, realizada durante tres días en la ciudad de Cali a principio de septiembre pasado.
Los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; y de México, Andrés Manuel López Obrador, lideraron la conferencia, y coincidieron en pedir una sola voz latinoamericana frente a las drogas.
En la declaración final, los países participantes en el encuentro pidieron contrarrestar de manera integral las consecuencias del problema mundial de las drogas, cambiar el paradigma reconociendo el fracaso de la guerra contra las drogas y promover una Alianza Latinoamericana Antinarcóticos.
mgt/otf