Según fuentes oficiales, los atacantes procedían del estado vecino de Warrap y se produjo luego de un reciente ataque similar en la zona de Arhony, también en Abye, que no dejó víctimas pero sí daños, lo que aumenta las tensiones intercomunitarias en esa región del noroeste del país africano.
Observadores políticos recuerdan que Abye es zona petrolera y que Sudán y Sudán del Sur la disputan desde su separación en 2011.
Tras una guerra civil de cinco años que destrozó la economía, causó casi 400 mil muertos y desató una crisis humanitaria, Sudán del Sur enfrenta todavía el reto de la reconciliación.
En opinión de analistas, el pasado año las discrepancias aumentaron en ese territorio debido a luchas intercomunitarias entre etnias africanas y árabes.
Otro flagelo con el que lidia el país es la inseguridad alimentaria, que amenaza a más de siete millones de personas.
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