“El volumen que presentaremos este miércoles con el auspicio de las embajadas de Cuba y de Argentina en Bolivia, muestra un costado diferente en la gesta del comandante asesinado hace 56 años en La Higuera”, aseguró la autora en entrevista concedida a Prensa Latina.
Recordó en diálogo con esta agencia de noticias que el autor del libro Guerra de Guerrillas organizó su campamento en Ñancahuazú con la intención de que fuera una escuela de formación, diferente a la del entrenamiento que sus compañeros recibieron en Cuba.
Consideró que el proyecto contemplaba la soberanía alimentaria, pues cada uno de los guerrilleros o alumnos, que se sumaban a esa lucha tendrían que aprender a sembrar, a hacer el pan, cosechar el trigo y molerlo, saber criar un pollo, matarlo para comer.
“Toda esa historia, imagino que él la concibió en la etapa todavía poco estudiada de Praga, todo ese año tras la experiencia en África en que meditó acerca de cómo reinventar la lucha”, opinó la escritora.
Berlusconi evocó que la lucha por la liberación de Argentina era el objetivo final del Che, pero también buscaba aportar una mirada nueva que trató de transmitir a sus compañeros de otros países latinoamericanos allí presentes.
Describió que en Ñancahuazú existía un espacio donde los guerrilleros estudiaban, había plantas de maíz de un metro y medio, zanahorias enormes, pollos, un horno de barro muy grande en el que hacían el pan.
“En esos detalles me detuve a investigar ese costado poco estudiado de la epopeya del Che”, reiteró al subrayar que a su modo de ver él buscaba un hombre nuevo mediante la interpretación del tiempo que venía, la necesidad de volver a reinventarse en la lucha.
“Me quedé con esa historia y releí sus nueve tomos editados en Cuba -acotó la escritora-, investigué cómo él visualizaba la industria en ese hermano país, y cómo lo planteaba en esta nueva etapa de combate”
Berlusconi describió al comandante Ernesto Guevara como un ser humano con mucha capacidad de razonamiento, que miraba lo que pasaba y nunca se quedaba pasivo.
Significó que esta historia no contada se sustenta en el testimonio del mayor del Ejército boliviano Rubén Sánchez, quien estuvo en ese campamento porque fue emboscado y capturado por la guerrilla.
“Che lo tuvo detenido y estuvo toda una noche allí en un diálogo con él y con Inti Peredo, lo cual le hizo entender la lucha y tomar después la determinación de cambiar el sentido de su vida y posteriormente colaborar con el gobierno nacionalista de Juan José Torres”, dijo.
Indicó Berlusconi que en ese momento Sánchez aceptó el pedido del Che de sacar de Ñancahuazú el primer comunicado del Ejército de Liberación Nacional, documento que trasladó clandestinamente dentro de una bota.
Destacó que esa historia también es un reflejo de cómo el Che conquistaba espíritus y motivaba almas en busca de cambios positivos, aún en esas circunstancias tan extremas, que hoy se ve como la etapa final de su vida.
“Me parece que, en este momento tan poco creativo políticamente en muchos países del continente, necesitamos recurrir a la imaginación, a la nueva mirada creativa del Che”, acotó la escritora.
Berlusconi deseó que los actuales luchadores revolucionarios recurran a ese ir a las bases del Che, reaprenderlo todo de nuevo, cuantas veces sea necesario.
“Reconstruirnos para encontrar ese hombre nuevo y ese futuro que tanto necesitamos”, concluyó la autora de Bolivia, el Che y una historia no contada.
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