La mandataria proyecta ausentarse entre el 11 y el 15 de octubre para visitar El Vaticano, Italia y Alemania y en la espera del permiso argumentó sobre lo que considera pertinencia del periplo.
Ante opiniones que consideran innecesaria su salida, invocó la necesidad de la llamada diplomacia presidencial, por la cual los contactos del más alto nivel no pueden ser realizados por cancilleres u otros ministros, según dijo.
“Los presidentes no se reúnen con primeros ministros ni con cancilleres, se reúnen de presidente a presidente; es importante que la presidenta salga al extranjero para buscar mayores y mejores inversiones para el Perú”, afirmó.
La criticada gobernante tiene en la agenda del viaje una audiencia no oficial con el papa Francisco y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y un contacto con el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeie, quien no es jefe de Estado, y allí participará en una reunión empresarial.
“La visita que vamos a hacer al presidente de Alemania también sirve para que podamos buscar una mayor inversión para el Perú», añadió.
En Roma, el programa de la jefa de Estado no incluye contactios con el Gobierno y solo tiene previsto una reunión con el director de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Qu Dongyu.
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