La mandataria inició un periplo que abarca a El Vaticano, Italia y Alemania, lo que el diaro Perú 21 custionó argumentando que el avión de la Fuerza Aérea que la lleva “podría utilizarse para repatriar a los peruanos en Israel, tal como hace Chile y otros países de la región”.
La situación de esos ciudadanos constituye una emergencia, según el periódico, similar a la de nacionales de otros países, como Chile, cuyo gobierno envió tres aeronaves a evacuar a los suyos, Argentina, Colombia y México.
Cita el hecho que Boluarte, antes de viajar, expresó sus condolencias por las muertes de dos peruanos enrolados en el Ejército de Israel, y afirmó que coordina con la Cancillería “todo lo que podamos para estar cerca de ellos en estos momentos y ver la posibilidad de traerlos a tierra segura como nuestro país”.
La breve gira europea fue aprobada por el Parlamento por una mayoría relariva, con los votos de menos de la mitad del total del total de legisladores y tras un debate en el que congresistas de diversas bancadas consideraron inconveniente el viaje.
El analista político Alejandro Rospigliosi opinó ayer que la gira no reúne los requisitos para su realización, pues no es imprescindible, importante ni impostergable.
Criticó también que la mandataria viaje con una numerosa comitiva cuyo desplazamiento medios de prensa locales consideraron costoso porque significa un gasto de más de 26 mil dólares.
La mandataria argumenta que el viaje es necesario por la necesidad de hacer diplomacia presidencial y por la necesidad de promover inversiones en Perú.
Analistas de diversas tendencias coincidieron en señalar que el verdadero objetivo es buscar legitimidad internacional y mejorar su imagen en un contexto de cuestionamientos exteriores por violaciones de derechos humanos en Perú.
El influyente periodista César Hildebrandt comentó que ni la audiencia con el papa Francisco ni esfuerzo alguno logrará cambiar el hecho de que, según las encuestas, 80 por ciento desaprueba la gestión de la jefa de Estado.
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